Más que un problema de peso

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Dr. Javier Moreno y Dr. César Ramírez

Dr. Javier Moreno y Dr. César Ramírez

La obesidad se ha convertido en la gran epidemia, como enfermedad, del siglo XXI. Se calcula que existen ahora mismo en el mundo más de 1.100 millones de personas obesas, y ello afecta entre al 15 y al 20 por ciento de la población global en Occidente. Conceptualmente la obesidad se clasifica de menor a mayor grado de gravedad en función del índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso (en
kilogramos) entre la talla (medida en metros al cuadrado). Así, se llama de forma genérica Obesidad cuando el IMC es mayor de 30 Kg/m2; Obesidad Severa cuando el IMC se sitúa entre 35 y 40 Kg/m2; y, finalmente, Obesidad Mórbida cuando el IMC es mayor de 40 Kg/m2. Es en las franjas de Obesidad Severa y Obesidad Mórbida en la que se van a situar los pacientes subsidiarios de someterse a los procedimientos de cirugía para tratar la obesidad, también conocida como cirugía bariátrica.

La obesidad es un factor limitante para el desarrollo de una vida física y laboral no ya plena, sino normal, y al mismo tiempo es la “madre” de una serie de enfermedades que a ella se asocian y de ella se derivan, llamadas “comorbilidades”, y que son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo II, las dislipemias (niveles elevados de triglicéridos y/o colesterol en sangre), el síndrome de apnea del sueño (interrupciones involuntarias durante el sueño en las que al paciente se le corta la respiración durante un tiempo), la degeneración precoz o artrosis de las articulaciones de los miembros, la predisposición al desarrollo de algunos tumores (mama, útero, esófago y próstata) y, finalmente, la degeneración grasa del hígado o esteatohepatitis, que se espera se convierta en pocos años en la causa más frecuente de cirrosis hepática en EEUU.

web obesidad1 Los criterios de selección y exclusión para cirugía bariátrica no son arbitrarios, y fueron establecidos claramente por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y aceptados por la gran mayoría de las sociedades científicas. De este modo, serían candidatos a operarse aquellos que presentan una Obesidad Mórbida (recordemos, un IMC > 40 Kg/m2) sin necesidad de asociar ninguna comorbilidad o bien un IMC > 35 Kg/m2 (recordemos, Obesidad Severa) con comorbilidades asociadas. Sin embargo, el hecho de tener Obesidad Severa u Obesidad Mórbida no significa que una persona deba operarse como única forma de reducir su peso. Es más, la cirugía supone la última opción y se plantea cuando las opciones de tratamiento conservador para perder peso han fracasado.

¿Qué queremos decir cuando hablamos de tratamiento conservador?

Todos los pacientes obesos deben tratarse inicialmente por equipos integrados y coordinados de especialistas de dietética, psicología, nutrición y endocrinología que apurarán al máximo las medidas de tratamiento médico. Dichas medidas deben incluir en plan de alimentación reglado, ejercicio físico regular, modificación conductual y fármacos específicos. Cuando estas medidas fracasan, es el momento de pensar en la opción de la cirugía.

Dr. Javier Moreno y Dr. César Ramírez operando mediante vía laparoscópica

Dr. Javier Moreno y Dr. César Ramírez operando mediante vía laparoscópica

¿Qué pretenden las técnicas que empleamos los cirujanos para tratar la obesidad?
Estas técnicas persiguen, y eso las clasifica, bien disminuir el volumen del estómago que va a recibir el alimento (restringir, en definitiva, “técnicas restrictivas”), bien excluir un segmento más o menos amplio del tracto digestivo del contacto con los alimentos para que estos se absorban en menor cantidad (derivar o puentear la digestión, “técnicas derivativas”) o hacer ambas cosas a la vez (“técnicas mixtas”). Las técnicas restrictivas más usadas son la gastrectomía tubular o “sleeve gastrectomy” (en la que el estómago queda reducido a un tubo estrecho con capacidad para menos de 100 cc, y el resto del estómago se extirpa) y la banda gástrica ajustable (en la que no se extirpa estómago sino que, por medio de una banda que lo rodea se consigue estrechar su capacidad de depósito).
Las técnicas derivativas puras apenas se emplean; el “by-pass”, sin embargo, es una técnica mixta en la que el estómago se secciona dejándolo con un pequeño volumen (sin extirparlo) y se crea una sutura que hace saltar o puentea los alimentos desde el nuevo y pequeño estómago creado hacia el sitio de intestino delgado, más o menos avanzado, que nosotros elijamos. La eficacia de las técnicas se mide no sólo por la capacidad del paciente para perder peso sino también por la durabilidad de la pérdida en el tiempo; en este sentido, y de todas las técnicas que se han ido haciendo históricamente, la gastrectomía tubular y el “by-pass” son las técnicas que han demostrado mejores resultados y cuyo empleo se ha universalizado.

Todas estas técnicas se pueden realizar en Hospital Quirón Málaga dentro del Servicio de Cirugía General y Digestiva, en el cuál se encuadra la Unidad de Cirugía de la Obesidad y Metabólica formada por el Dr. César Ramírez (a su vez Jefe del Departamento de Cirugía) y el Dr. Javier Moreno, ambos cirujanos con experiencia de muchos años en cirugía bariátrica y miembros de la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO).

* Artículo publicado en la Revista OhLaLá.

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