
La presente carta hace alusión a la correspondencia que has mantenido recientemente en la prensa con algunos pacientes que se referían con agradecimiento al Dr. César Ramírez.
Sabes que como endocrinos somos compañeros de su mujer, la doctora Marta Domínguez, y que por tanto no somos ajenos a la situación personal de separación en que se ven envueltos y a sus circunstancias, entre éstas un hijo pequeño y otro por venir en un plazo inminente. Somos conscientes de que estas situaciones se dan en muchas parejas que trabajan, y que no tenemos una varita mágica. Lo único que podemos hacer es confiar en la provisionalidad de dicha situación y en la voluntad de las partes implicadas para resolverla, dado que existen las formas administrativas que podrían permitirlo. Especialmente en el escenario de una apuesta política rigurosa en torno a la conciliación de la vida laboral con la familiar.
No hemos querido enviar esta carta a la prensa, aunque es cierto que entre la opinión de los pacientes y la de la Dirección se puede echar en falta la de los compañeros. Y es que, aunque no conociéramos a Marta, César se merece todo nuestro apoyo, personal y profesional. Ha actuado en muchas circunstancias como “cirujano de cabecera” para muchos de nuestros familiares y para algunos de nosotros mismos. Y este apelativo se lo ha ganado después de demostrar en repetidas ocasiones no sólo su gran profesionalidad, sino su entrega personal, sin horas, sin restricciones, cada vez que cualquiera de nosotros lo ha necesitado. Y no es que hayamos recurrido a él por selección de pareja, las eventualidades han ocurrido en cualquier circunstancia, guardias, ingresos hospitalarios, las que puedas imaginar. Su actuación en las mismas le ha granjeado nuestra confianza, nuestro respeto, y sabemos que el de muchos compañeros, no sólo de los pacientes. Para nosotros, su ausencia también es una pérdida.
Confiamos en que puedan darse las circunstancias apropiadas para su vuelta, y deseamos que la Dirección tenga en consideración no sólo las razones de los pacientes, también las de los compañeros, que valoramos que la profesionalidad y humanidad de César –sin considerar este argumento en detrimento de otros profesionales- también han aportado un valor añadido a nuestro hospital.
Un saludo.
Málaga, noviembre de 2011″