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Para los que se aburren con las caminatas o el gimnasio, los expertos recomiendan la danza. Es un ejercicio aeróbico, baja el colesterol, reduce el estrés, mejora el equilibrio y la actividad. Si los pies, manos, brazos y todo el cuerpo hablaran dirían que la danza emociona tanto o más que las palabras, y que es, en definitiva, lo que nos hace vivir mejor. Desde el tango, el rock o el twist, cualquier baile es bueno.
Los expertos aseguran que, lejos de tratarse sólo de un hobby, el baile también posee grandes beneficios para la salud mental y física. Recomendar actividad física ya no basta, a la persona le tiene que gustar lo que hace para conseguir la continuidad en el ejercicio. Algunos prefieren asistir a un gimnasio o salir a caminar, pero lo cierto es que se ha observado que el baile puede lograr una muy buena adherencia al ejercicio.
El baile requiere de coordinación, hay que prestar atención en lo que hacemos y también en lo que hace la pareja. Danzando se oxigena la sangre, mejora la capacidad pulmonar, baja el colesterol, los triglicéridos, baja la glucemia y se reduce el estrés, por lo que es muy recomendable en pacientes con riesgo cardiovascular. Los cardiólogos recomiendan el baile y afirman que la danza ayuda a cualquier edad y, al igual que el tango puede ser similar a caminar, el rock y el swing pueden ser equivalentes a correr. Si no nos movemos somos como agua estancada que enferma, dependemos del movimiento y el baile consigue que todo nuestro cuerpo se mueva.
En pacientes con enfermedad de Parkinson también es recomendable el baile. El Parkinson desorganiza el movimiento, y el baile, en cambio, reestructura, porque tiene un patrón marcado que se sigue. Los pacientes que practican, por ejemplo, problemas de equilibrio propios del envejecimiento. Eso sí, a los mayores sanos se les puede recomendar seguir ritmos más intensos, como rock & roll o twist.
Bailar también es bueno para cuidar la memoria. Uno de los beneficios del ejercicio físico es que activa los factores neurotróficos y estos son esenciales para que haya una reposición de neuronas en algunos lugares del cerebro, fundamentalmente en el nivel del hipotálamo. Además, bailar pone en juego otros estímulos como el seguir un ritmo para coordinar los movimientos; eso también ayuda a mantener la memoria, y puede ser de gran ayuda a pacientes con trastorno de Alzheimer.
En pacientes con Esclerosis Múltiple, muchas de las técnicas de rehabilitación neurológica están basadas en la danza. En vez de utilizar rehabilitación con ejercicios forzados y poco naturales, se ha comprobado que es mejor utilizar movimientos de danza clásica en aquellos pacientes que han sufrido ACV, en pacientes neurológicos, con esclerosis múltiple, o que han sufrido traumatismos. Si bien la terapéutica está más asociada con los movimientos de la música clásica, también se trabaja con ritmos latinos, así se consigue que el ritmo motive a los pacientes a mantenerse conectados con la rehabilitación.
El consejo, como toda actividad física, es realizarlo dos o tres veces a la semana para mejorar la flexibilidad articular, fortalecer la memoria, agilizar la mente, tener efectos positivos para la mente, y además, como un gran ejercicio aeróbico para perder peso.
¿Qué beneficios tiene el baile para la salud?
Beneficios fisiológicos:
Previene enfermedades crónicas graves y potencialmente mortales como la hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, insomnio.
Activa y mejora la capacidad cardiovascular y respiratoria, al aumentar la irrigación sanguínea y el oxígeno.
Estimula la producción de hormonas como las endorfinas y testosterona.
Mantiene y desarrolla el sistema osteoarticular y la densidad ósea.
Mejora la capacidad muscular y articular.
Incrementa las capacidades de fuerza, resistencia, velocidad de reacción, flexibilidad y coordinación.
Mejora el sistema inmune y reduce los niveles de cortisol.
Contribuye a la reducción del peso corporal y alineación postural.
Beneficios psicológicos:
Mejora las funciones cognitivas en adultos mayores. Genera nuevas redes neuronales.
Promueve el bienestar psicológico, produciendo efectos moderados sobre ciertos estados depresivos, ansiedad y estrés.
Mejora el estado de ánimo, el autoconcepto, autoestima, habilidades sociales y la actitud en el trabajo.
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¿Qué opinan los pacientes del baile?
“Bailar trata de respetar, comprender y tolerar, es una relación horizontal en la que la energía invade».
Un paciente con Parkinson valora “la inclusión que siente gracias a las clases de baile y cuánto lo relaja, incluso durante las clases disminuyen sus temblores”.
Pacientes que quieren bajar de peso, lo que los caracteriza a todos son las ganas de divertirse. “El baile levanta el ánimo y ayuda muchísimo en momentos difíciles”
El baile también es «absolutamente terapéutico. Particularmente el rock posee una energía única, te despierta, te sacude, te da felicidad”.
“El baile anima, libera, y divierte, y al mismo tiempo ejercita tu cuerpo. Además, se genera empatía con otras personas, no bailás solo, estás con otro y en el medio está la música, entonces sales de ti mismo para conectarte con la pareja y ponerte en su lugar. En definitiva, el baile te hace mejor persona.»
“El baile iguala, porque estamos todos al mismo nivel, nadie está pendiente de cómo se ve en el espejo, sino de seguir el ritmo, y conectarse».
“El baile ayuda a recuperar la confianza en uno mismo, mejora la motricidad, la velocidad de los reflejos, la lucidez y el estado de ánimo, y además divierte.»
«El baile te ayuda a despejarte de la rutina diaria, hace que te sientas una persona mucho más abierta y sociable.”
«Bailar aumenta la resistencia física, además divierte y motiva, algo que el gimnasio no consigue muchas veces”
“Uno no es el mismo después de bailar. Seguir el ritmo, la conexión con otros en la sincronía, el hermoso equilibrio de tensión que se da en cada abrazo, en el sostén de las manos, los giros, las piruetas, en esa unión de movimientos fluidos; los músculos, huesos, sangre y cerebro se renuevan, el carácter social humano se enriquece, y es bailando que también nos hacemos mejores personas.”
* Artículo escrito por Laura Reyes Carrillo.
