La obesidad se clasifica según el Índice de Masa Corporal en:
IMC | |
Sobrepeso | 25 – 29,9 |
Obesidad | 30 – 34,9 |
Obesidad Severa | 35 – 39,9 |
Obesidad mórbida | A partir de 40 |
La Obesidad y sus complicaciones
La obesidad en sí misma es un factor de riesgo para la salud de la población, que influye en el desarrollo y en la progresión de diversas enfermedades contribuyendo a reducir la esperanza de vida en los individuos obesos, que empeora su calidad de vida, que limita en gran medida su actividad y que provoca además problemas de autoestima, movilidad, relación social, laboral y sexual.
El riesgo de padecer enfermedades asociadas a la obesidad y sus complicaciones, en general, aumenta cuanto mayor es el grado de obesidad, cuanto más años se mantenga y cuanto mayor sea la edad de los afectados.
La mortalidad en obesos mórbidos es doce veces superior que en la población normal.
Se produce aumento de las cifras de colesterol total y de triglicéridos. Este aumento, se ha visto relacionado con un mayor riesgo de enfermedad coronaria.
El riesgo de Diabetes Mellitus aumenta con el grado de obesidad y con la duración de la misma. La ganancia de peso precede al comienzo de la diabetes y aumenta los requerimientos de insulina.
Mayor riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares: Insuficiencia respiratoria, síndrome de apnea del sueño, hipertensión arterial, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, insuficiencia vascular periférica y varices.
Los pacientes obesos tienen aumentado el riesgo de ciertos tumores. En general entre mujeres obesas aumenta la frecuencia de carcinomas de vesícula y vías biliares, mama (en posmenopáusicas), ovario, cérvix y endometrio. Los varones obesos tienen mayor riesgo de cáncer de recto y próstata.
Otros problemas frecuentes son artrosis, gota, hernia discal, reflujo y hernia de hiato, hígado graso y cálculos en la vesicula biliar.
¿Qué debo hacer si tengo obesidad?
Hay que individualizar el tratamiento, teniendo en cuenta cuales son las causas que le están provocando o manteniendo su obesidad (sedentarismo, alcoholismo, menopausia, estrés emocional, social o laboral, fármacos, embarazo, etc.), así como los intentos previos de perder peso y su resultado y establecer metas asumibles, realistas y pactadas con el paciente a través de un programa integral de tratamiento que contemple:
- Plan de alimentación.
- Ejercicio físico.
- Modificación conductual.
- Farmacoterapia.
La mayor pérdida de peso se producirá en las 2 primeras semanas de dieta. Lo aconsejable es una pérdida de 0.5-1kg. Semanal.
¿Cuándo debo operarme?
Son candidatos a ser tratados con cirugía, aquellos pacientes que tienen un IMC superior a 40, o mayor de 35 si tienen patología grave asociada. Es importante que los pacientes hayan realizado tratamiento dietético adecuado asociado a cambios de hábitos de vida (ejercicio físico) dirigidos y controlados por endocrinología, y no hayan obtenido pérdida de peso satisfactoria y/o mantenida dentro de límites saludables.
Los tratamientos convencionales o conservadores (dieta, ejercicio físico, modificación de la conducta, drogas antiobesidad, etc.) son efectivos a corto plazo, pero fracasan en un 98% a largo plazo:
- La mayoría no sigue el tratamiento médico, o un régimen estricto de por vida.
- Los pacientes que lo siguen no pierden mucho peso, solo un 10%.
- Entre los que pierden peso, la mayoría lo recuperan y generalmente sobrepasan el peso inicial.
¿Por qué operarme de obesidad?
La obesidad es una patología crónica, por lo que es imposible pretender curaciones definitivas. La obesidad no se cura, se controla. Además, está demostrado que obteniendo pérdidas de peso de 5-10% mejoran los parámetros bioquímicos del paciente y se disminuye el riesgo cardiovascular y metabólico.
El considerar la obesidad como enfermedad crónica y no como un problema estético es fundamental para establecer un tratamiento eficaz que tiene que prolongarse en el tiempo, huyendo de “dietas milagro” que prometen rápidas pérdidas de peso sin esfuerzo, a expensas de fluidos y masa muscular, recuperando rápidamente el peso perdido (“efecto yoyo”).
La cirugía de la obesidad es el único procedimiento demostrado para reducir el exceso de peso de forma satisfactoria y a largo plazo, mejorando las enfermedades asociadas, la calidad de vida de los pacientes.
La cirugía no pretende tratar la causa de la obesidad sino modificar el funcionamiento del aparato digestivo para conseguir la reducción del peso.
La Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO) estable cuales son los objetivos del tratamiento quirúrgico:
- Prevenir las enfermedades y la mortalidad secundarios a la obesidad.
- Mejorar la calidad de vida de los pacientes obesos.
- Conseguir unapérdida de peso suficiente y mantenida en el tiempo.
- Mínimo de complicaciones.
No es necesario que el paciente alcance el peso ideal para conseguir estos objetivos.
Existen tres tipos:
- Restrictivas: reducen el volumen del estómago por lo que la pérdida de peso se debe a la disminución de la comida que se ingiere.
- Malaabsortivas: producen una disminución de absorción de la comida que se ingiere.
- Mixtas: combinan los dos procedimientos anteriores. El paciente ingiere menos comida y se absorbe en menor cantidad.
Con esta técnica reducimos la capacidad del estómago para contener alimentos (pasando de los aproximadamente 1000 cc habituales del estómago de una persona obesa a unos 100-120 cc tras la intervención). De este modo, el paciente tendrá sensación de plenitud y satisfacción tras una ingesta de una cantidad pequeña de alimentos. Esta sensación de plenitud y satisfacción facilita el cumplimiento del programa dietético por el paciente. Por otro lado al reducir la producción de grelina el paciente notará una reducción importante del apetito.
Es la técnica menos agresiva de todos los métodos quirúrgicos.
El Bypass Gástrico, es la intervención de obesidad más utilizada y con más de 25 años de historia, sobre las que se comparan todas las demás operaciones.
Consiste en reducir la capacidad gástrica creando un pequeño reservorio desde donde la comida se deriva directamente al intestino delgado.
Impide que el paciente pueda comer los alimentos de forma rápida además de conseguir que éstos no sigan el curso normal a lo largo del aparato digestivo.
El paciente siente saciedad (es decir “se encuentra lleno”) con menos comida. La pérdida de peso se debe a la menor ingesta de comida y a la mala absorción del alimento ya que este llega al intestino sin pasar por el duodeno.
¿Qué pacientes son candidatos a realizar un bypass gástrico?
Esta técnica está recomendada a pacientes con un IMC superior a 50 y que tienen malos hábitos alimentarios como picar entre horas, costumbres golosas, y sobre todo cuando existe diabetes asociada a la obesidad.
Recomendaciones dietéticas después de la cirugía
Durante las 4 primeras semanas el paciente debe tomar una dieta líquida y semilíquida, en la que se incluyen suplementos alimenticios. Posteriormente podrá tomar una dieta equilibrada, comer cinco veces al día, evitando las comidas fuera de horas.
La cirugía laparoscópica es uno de los mayores avances de la cirugía del siglo XX. Ésta consiste en operar mediante un instrumental específico y una óptica introducida en el abdomen a través de una microcámara de alta resolución, que transmite la imagen a un monitor de televisión. Para realizar esta técnica quirúrgica se utilizan pequeñas heridas de entre medio y un centímetro.
Las ventajas de realizar la gastrectomía vertical y el bypass gastrico por laparoscopia son:
- Rápida recuperación postoperatoria
- Rápida recuperación de la función intestinal
- Reducción del dolor
Existen algunos criterios para la selección de pacientes en este tipo de cirugía:
- Edad entre 25-60 años
- Diabetes Mellitus tipo 2 con difícil control de la enfermedad, con hiperglucemia o hemoglobina glicosilada por encima del 7% a pesar de tratamiento dietético y farmacológico correcto.
- Presencia de reserva funcional pancreática (péptido C > 3 ng/ml).
- Recomendable enfermedad de menos de 10 años de evolución.
- IMC mayor de 30 kg/m2.
1.- Estudio inicial (preoperatorio): una adecuada selección del candidato resulta esencial para asegurar una buena adaptación tras la cirugía de la obesidad. Por ello, en una sesión de evaluación psicológica se valorarán los siguientes aspectos del paciente:
- Hábitos alimentarios y la presencia de trastornos de la conducta alimentaria.
- Capacidad del paciente para entender en qué consiste la cirugía y los cuidados que requerirá.
- Alteraciones psicológicas graves que puedan suponer una contraindicación para la cirugía.
2.- Fase de seguimiento (postoperatoria): en consultas programadas a lo largo del primer año después de la cirugía, se proporcionará apoyo psicológico a los pacientes durante el proceso de adaptación a los cambios en el estilo de vida con el objetivo de alcanzar una mejora de su calidad de vida y un mayor bienestar emocional.