El bazo es un órgano abdominal situado en el cuadrante superior izquierdo (o hipocondrio izquierdo) con funciones relacionadas con la formación y destrucción de los glóbulos rojos y con los mecanismos de defensa frente a las infecciones, sobre todo en la infancia. Por su disposición, mantiene estrechas relaciones con la parte superior del estómago, el final del páncreas y el colon.La intervención quirúrgica en la que se extirpa el bazo se llama ESPLENECTOMÍA, y la indicación más frecuente es la traumática, ya sea por un traumatismo externo o por necesidad en el transcurso de otra cirugía. En estos casos habitualmente se extirpa en su totalidad, aunque ocasionalmente pueden realizarse procedimientos que lo conserven total o parcialmente, y casi siempre empleando la cirugía abierta convencional.Sin embargo, de forma característica el bazo ha de extirparse por completo en diversas ENFERMEDADES, CASI TODAS HEMATOLÓGICAS. En algunas de ellas porque se encuentra estrechamente relacionado con el devenir de estas (MICROESFEROCITOSIS HEREDITARIA Y PÚRPURA TROMBOCITOPÉNICA IDIOPÁTICA) y en otras porque se encuentra primariamente enfermo (TUMORES DE BAZO, LINFOMAS Y ALGUNOS TIPOS DE LEUCEMIAS). En estos casos, el procedimiento de elección es el mínimamente invasivo, la llamada ESPLENECTOMÍA LAPAROSCÓPICA.
No obstante, en ocasiones es necesario recurrir a la cirugía abierta de forma programada si el bazo es muy grande (más de 18 cm) o si es necesario extirparlo sin fragmentarlo para analizarlo en profundidad. En el primer caso su volumen impide una cirugía segura para el paciente y en el segundo la incisión abdominal necesaria para extraerlo sería prácticamente la misma que para la cirugía convencional.
Habitualmente previamente a una cirugía programada se recomienda la vacunación frente a gérmenes encapsulados o posteriormente si ha tenido que ser extirpado de urgencia.
Usualmente el paciente puede marcharse a casa entre las siguientes 24 a 72 horas tras el procedimiento, siempre teniendo en cuenta criterios de seguridad. Los drenajes no son necesarios de forma rutinaria.
Aunque las complicaciones no son habituales, son característicos el derrame pleural por irritación del diafragma y el derrame de jugo pancreático desde la cola del páncreas.