Cirujanas y embarazo: un problema social

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cirugia_general Os quiero comentar este trabajo recién publicado en Journal of American College of Surgeons este mismo mes (J AM Coll Surg 2014; 219(5): 944-50), y que realiza un análisis de cómo influye en las mujeres Licenciadas en Medicina en Estados Unidos que se dedican a especialidades quirúrgicas su actividad laboral respecto de la fertilidad y el deseo y las condiciones genésicas. Son más de 1.000 mujeres las que han contestado la encuesta y los resultados son llamativos y deben llamarnos a reflexión.

Mientras sólo el 10.9 por ciento de las mujeres americanas tiene problemas de fertilidad, estos se presentaron en hasta un 32 por ciento de las cirujanas. Es lógico, consecuentemente, que sólo un 11.9 % de las mujeres americanas recurrieran a técnicas de reproducción asistida y hasta un 27 por ciento del grupo de mujeres cirujanas sí lo hicieran.
Unknown Las mujeres que ejercen especialidades quirúrgicas tuvieron sólo 1.4 hijos de media (en la población general la media es de 2.6 hijos) y la edad media de la madre en el que momento en que estos nacieron fue de 33 años (comparado con una media nacional de 23 años). Mientras sólo un 1.4 por ciento de la población femenina precisó de técnicas de reproducción asistida para poder tener hijos, este porcentaje llegó hasta el 13 por ciento de las mujeres que trabajaban como cirujano. Las especialidades quirúrgicas que lideraron las tasas de infertilidad fueron la Otorrinolaringología (29 %), la Cirugía General y Digestiva (22 %) y la Traumatología (19 %).

Este estudio revela como la elección de una especialidad relacionada con la cirugía genera una alteración de los patrones de reproducción de las mujeres. El tiempo de formación, es decir la residencia MIR, es muy exigente y casi todas las mujeres renuncian a la maternidad en este período (existen meta-análisis que han demostrado que el embarazo en este período genera en las mujeres conflictos laborales por sentimientos de discriminación y culpa), lo que las lleva mínimo a los 30 años. Luego, la necesidad de buscar trabajo en un mercado precario las lleva a posponer 2-3 años más la maternidad y entonces ya la edad avanzada sabemos que es un factor predictor de infertilidad. Está claro que es legítimo para una mujer retrasar el embarazo, pero debe balancearlo con el impacto psicológcio y emocional que la maternidad en edad avanzada puede tener tanto en ella como en su futuro hijo.
Está claro que la sociedad médica en general, y todos los que somos compañeros en particular, deberíamos de procurar medidas laborales favorecedoras del embarazo en etapas fisiológicamente más adecuadas para nuestras compañeras sin que ello suponga para ellas ningún impacto negativo sino la alegría y el disfrute con el que la maternidad y el nacimiento de un nuevo hijo deben afrontarse: el hito más importante en la vida de una mujer.

dr_cesar_ramirez_plaza_blog * Artículo escrito por el Dr. César P. Ramírez Plaza.

Trabajo de Journal of American College of Surgeons: J AM Coll Surg 2014

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