Cirujano solidario en la India: Aquí hay que adaptarse, trabajar y hacer las cosas bien

0
El Dr. César Ramírez y el Dr. Javier Moreno en una tuc tuc. Las Tuc - tucs en India son una especie de triciclo motorizado para transportar personas y mercancías

Los Dres. Ramírez y Moreno en una Tuc Tuc, una especie de moto – taxi

Los ritmos o «timing» en la India tienen sus peculiaridades. Por mucho que madrugues no es fácil empezar a operar antes de las 10 de la mañana. La gente puede madrugar pero una vez que emprende la salida de casa y se meten en las carreteras comienza una locura de ruidos de coche, de camiones, de motos (es una ciudad con cientos de miles de motos), de los famosos «tuc-tucs» (una especie de motos con plazas de carga que os presento en una foto), de hombres tirando de sillas de paseo al estilo del siglo XIX, de bicicletas que tiran de grandes cargamentos…, todo ello con una presencia limitada de señales y agentes de orden de tráfico, con un ruido de claxon ensordecedor y con todo el mundo tirando por donde quiere, invadiendo el carril y el sentido contrario y con un peligro de colisión constante. Es algo que no había visto ni en las películas, y que te lo imaginas y no lo crees hasta que lo ves. Así, hoy hemos llegado antes casi que los pacientes y nos ha dado tiempo incluso a verlos en su habitación.

El Dr. César Ramírez y el Dr. Javier Moreno revisan una radiografía en el Hospital Pushpanhali

Revisando una radiografía en el Hospital Pushpanjali

El primer día de trabajo en el Hospital Pushpanhali ha sido, no obstante, muy efectivo. En mi caso he operado por primera vez en mi vida una hernia inguinal reproducida de ambos lados (es decir, que el paciente había sido operado de las dos ingles antes y en los dos casos había fallado su cirugía aun teniendo una malla protésica puesta ya en el lado izquierdo) y es algo impropio del siglo XXI y de una sociedad bien asistida desde el punto de vista de la salud, tal y como comentamos ayer. Como segunda experiencia nueva para mí, por primera vez he trabajado y operado en un quirófano en el que se operaban de forma simultánea dos pacientes, cosa que jamás ocurriría en nuestro medio hospitalario occidental. En Pushpanjali Hospital hay un quirófano solo, pero con dos mesas para trabajar que se separan por una cortina sin mas; la necesidad de aprovechar el tiempo y sacar trabajo para adelante en los proyectos de cooperación hace que se operen dos pacientes al mismo tiempo y realmente ha sido una experiencia nueva para la mayoría de los cirujanos que aquí estamos. El material del que disponemos de suturas y mallas es el que hemos traído de España y el resto (batas de quirófano, instrumental y complementos) nos lo proporciona el Hospital con las lógicas limitaciones de cantidad y calidad inherentes. No hay tiempo ni motivo para protestar (el que da todo lo que tiene no está obligado a más) y como dice la Dra Butrón, coordinadora de la expedición, «aquí lo que hay que hacer es adaptarse, trabajar y hacer las cosas bien». En eso estamos.

Hospital Pushpanhali

César Ramírez y Javier Moreno junto al personal del Hospital Pushpanjali

En este Hospital son encantadores (más aun que en Paras Hospital) y dentro de las modestia hacen lo posible por tener un ambiente lo mas estéril y menos contaminado posible; las paredes son satinadas para no dar margen al acantonamiento de los gérmenes y ves siempre a alguien limpiando con mucho interés. Aun así, estos quirófanos no pasarían un control de calidad serio pues las paredes están deterioradas, no hay ventilación ni flujos de aire, las instalaciones y estructuras están oxidadas y las condiciones de esterilidad son escasas; es por eso que hay que procurar ser muy limpios y, ante el mayor riesgo de infección de herida que estos pacientes tienen se emplean de forma sistemática antibióticos antes y después de la cirugía, cosa que no hacemos nunca en la cirugía de la hernia en nuestro medio. Yo creo que el cariño y la humildad que estos pacientes «underfavoured» (así se llaman aquí) les genera una barrera adicional de protección contra las complicaciones; son personas con gran humildad y sencillez que conscientes del esfuerzo que hacemos vuelcan su sensibilidad en devolvernos su expresión con afecto pues la mayoría de ellos no alcanza para una comunicación básica en inglés.

Por la tarde hemos ido un rato de excursión a Nueva Delhi, al mercado y a la zona central y he visto una cara de la India que, según me dicen, se asemeja a la globalidad del país. Miseria, mucha miseria, con gente tirada en las calles por doquier en condiciones deplorables, niños pequeños pidiendo de forma insistente y asediando a los turistas (muy doloroso para los que tenemos hijos pequeños) y perros sueltos, a cientos y cientos que rebuscan por las basuras y se alimentan de restos de comida en pleno centro mientras porfían con las ratas (he llegado a ver 6 en el mismo campo visual) que campan a sus anchas por plazas y jardines céntricos. Es algo para ver y no olvidar, tanto más aun como el hecho que con esto conviven personas de clase (o casta) social media y alta que son indiferentes a esta realidad.

Hoy también ha sido un día importante para Eduardo Perea pues ha operado su primer paciente en el proyecto. Eduardo es un brillante residente de tercer año del Hospital Virgen del Rocío (aunque cordobés y de indiscutible cuna califal) que fue el que nos hizo a nosotros conocer el proyecto y unirnos por lo que le estamos muy agradecidos. No es nada habitual que un especialista en formación tome esta iniciativa y eso es un indicador de la personalidad y valor diferencial que Eduardo tienen y que nos hacen augurarle un gran futuro y asumir la responsabilidad de transmitirle todo el conocimiento  y experiencia que sean posibles.

* Texto escrito por el Dr. César Ramírez para el blog Bisturíes Solidarios del Diario Sur de Málaga.

Compartir