Dr. Ramírez: «En la cultura española hay fobia a la palabra ‘cáncer’, convirtiéndola en una enfermedad tabú»

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general-cancer-ribbon-hi Coincidiendo con la celebración del Día Mundial Contra el Cáncer, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha publicado un informe con los últimos avances realizados en oncología y algunas estadísticas de diagnóstico. Desde la SEOM afirman que 1 de cada 2 personas que nacen ahora padecerán cáncer a lo largo de su vida. Sólo en 2015 se diagnosticarán 227.076 casos de cáncer (diez mil más que en 2014) aunque, eso sí, la mortalidad descenderá precisamente por esos avances.

Por otro lado, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) insiste en normalizar la enfermedad en nuestro país. Persiguiendo este objetivo y coincidiendo con este 4 de febrero el GEPAC ha lanzado la campaña «Tener cáncer es algo tan natural como esta manzana«.

Dr. César Ramírez

Dr. César Ramírez

Desde el Instituto Quirúrgico de Andalucía abordamos este tabú en torno al cáncer, entre otros asuntos, con uno de los doce cirujanos españoles poseedores del Board Europeo de Cirugía Oncológica, el Dr. César Ramírez Plaza, también Director del Instituto Quirúrgico de Andalucía.

¿Cómo debe afrontar el paciente la enfermedad? ¿Y su familia?
Una cosa es cómo debe afrontarlo el paciente y otro cómo lo afronta, y en esto la mentalidad cultural y social es un aspecto clave. Nuestra cultura, la española, es de gran fobia y terror a la palabra cáncer hasta tal punto que se ha convertido en una palabra tabú en nuestra sociedad y que las familias de nuestros pacientes nos piden por favor que obviemos esta palabra e incluso que ocultemos la verdad al paciente, cosa que éticamente es difícil de encajar para los profesionales. Cierto es que cada cáncer tiene un pronóstico distinto según la etapa en la que se presente y su localización, pero cada día los médicos estamos dando pasos más firmes en esta pelea y son cada vez más los tumores que pueden curarse o, al menos y como a mí me gusta decir, cronificarse. Yo explico a las familias y a los pacientes que deben tomar esta enfermedad como otra cualquiera que requiere casi siempre de un tratamiento médico y quirúrgico combinado y de un seguimiento. La filosofía debe ser la del tratamiento de una enfermedad crónica, como hay muchas, que requieren de un tratamiento de choque, de un seguimiento y de, en ocasiones, nuevos tratamientos de choque si la enfermedad aparece. Es una carrera de fondo.

Imagen campaña GEPAC

Imagen campaña GEPAC

¿Hay en la sociedad prejuicios sobre el cáncer?
Muchos. Y en nuestra sociedad española y mediterránea, más. Durante los períodos que he estado trabajando en EEUU siempre me llamó la atención la mentalidad tan abierta y el naturalismo con el que los médicos hablaban con los pacientes de su enfermedad, de las posibilidades de curación, de los riesgos de las distintas opciones de tratamiento y de cómo era el cáncer que se padecía (agresividad, etapa de extensión en el momento de su diagnóstico y posibilidades reales de curación y supervivencia). Evidentemente, insisto en que existe un factor de desarrollo cultural y de mentalidad de nuestra sociedad que tenemos que superar. Y eso sólo se hace desde la información, la educación y el asumir esta enfermedad como una más; con sus connotaciones diferenciales, que las tiene, pero sin dejar de pensar que es una enfermedad para la que existen opciones reales de tratamiento. Hoy día, y es la realidad diaria, hay que evitar aún esta palabra o introducirla poco a poco; yo suelo utilizar la palabra tumor que es más suave y a partir de ahí se desarrolla el concepto.

Se ha demostrado que se puede sobrevivir al cáncer, pero ¿cómo podemos aumentar la tasa de supervivencia?
Las estrategias de aumento de supervivencia de los tumores pasan por las estrategias de prevención primaria y secundaria. La prevención primaria implica evitar que se produzca, que no aparezca y eso sólo se puede hacer informando a la población de cuáles son los factores de riesgo que pueden predisponer al desarrollo de tumores y eso creo que se está haciendo bastante bien. En este sentido, las medidas clave generales para la población pasan por erradicar el hábito tabáquico, promover una alimentación equilibrada con productos sanos y rica en fibra y verduras, evitar el abuso de alcohol, la sobreexposición no protegida al sol para los tumores de piel, etc. Las estrategias en esta sentido por parte de los responsables de nuestros sistemas sanitarios son impecables y sólo hace falta una mayor concienciación colectiva.
Por otro lado, las estrategias de prevención secundaria buscan el diagnóstico lo más precoz posible, en una etapa lo menos avanzada que se pueda, de cualquier tumor. Así, se podrá ofrecer el tratamiento lo menos agresivo posible, con los mejores resultados de curación y supervivencia y la mejor calidad de vida posterior para los pacientes. En este sentido, podemos destacar los programas de diagnóstico precoz de cáncer colorrectal mediante programas de colonoscopias periódicas, los programas se «screening» (que así también se llaman) con ecografía y mamografía periódica para el cáncer de mama o las revisiones ginecológicas rutinarias para el cáncer de cuello uterino.
Finalmente, y este es el tercer aspecto clave, el tratamiento debe realizarse siempre por cirujanos y oncólogos integrados en equipos multidisciplinares y que tengan el mayor nivel técnico posible y entrenamiento para el manejo de este tipo de enfermedades, y ello se ha demostrado de gran importancia en estudios cientificos de alto nivel.

Apoyo al paciente ¿Por qué es tan importante la cirugía como tratamiento al cáncer?
Una pequeña parte de los tumores malignos o cánceres se tratan con quimioterapia o fármacos citostáticos, pero la gran mayoría de los cánceres requieren de su extirpación en un quirófano y este punto va a ser el factor más importante en el pronóstico de supervivencia de estos pacientes. La cirugía que se realiza sobre un tumor debe cumplir unos altos estándares de calidad, de modo que no vale con quitarlo sino que hay que hacerlo con unos márgenes totalmente limpios y extendiendo a la resección a tejidos de vecindad (ganglios, partes blandas, órganos vecinos…) con objeto de que se pueda considerar desde el punto de vista oncológico como correcta o con intención curativa. Además, estas cirugías deben integrarse en una secuencia de actuación y protocolo que permita aprovechar al máximo los recursos adyuvantes que los médicos tenemos para el tratamiento de los tumores, que son la quimioterapia y la radioterapia. Estos procedimientos sólo los deben realizar cirujanos muy motivados y conocedores de la biología y el comportamiento de los tumores y con el entrenamiento y preparación técnica suficiente para realizar cirugías que en ocasiones van a ser de alta complejidad.

En este sentido, ¿qué ofrece el IQA a personas que tengan un tumor?
Ofrecemos la experiencia y la formación del equipo con más alta acreditación curricular y técnica para la cirugía del cáncer. Un grupo de profesionales que llevamos muchos años dedicados a este tipo de cirugía, acostumbrados a las cirugías de alta complejidad y que somos el único equipo quirúrgico que existe en la medicina pública y privada en Málaga con capacidad técnica de llevar a cabo con buenos resultados intervenciones oncológicas complejas como las de los cánceres de esófago, estomago y páncreas, la cirugía de las metástasis hepáticas, la del cáncer colorrectal y finalmente la de la enfermedad peritoneal extendida o carcinomatosis peritoneal, campo en el que somos pioneros. Todo ello, además, en pacientes que son tratados de forma individualizada tras ser sus casos optimizados en Comités Oncológicos de decisión multidisciplinar.

Dr. César Ramírez

Dr. César Ramírez

¿Cualquier persona con cáncer puede ser intervenido quirúrgicamente?
La respuesta global podría ser sí, puesto que hoy en día la edad cronológica en sí no es un factor limitante para una cirugía, aunque sí lo es lo que yo vengo en llamar la edad biológica. La edad biológica integra la fecha de nacimiento del paciente con las comorbilidades o enfermedades que presenta en ese momento de la vida (diabetes, hipertensión arterial, obesidad, problemas respiratorios, problemas cardiológicos…), su estado nutritivo, su calidad de vida habitual y la extensión o agresividad del procedimiento que necesita el paciente. Existen numerosos estudios que nos pueden dar una idea aproximada objetiva del riesgo que un procedimiento tiene para un paciente, y así podemos hablar con el paciente y su familia con claridad, exponiendo los riesgos y beneficios del procedimiento quirúrgico. Obviamente se tratan de procedimientos que son la única, última o mejor opción para el paciente (puesto que tiene una enfermedad maligna) y se intenta apurar todo lo posible para darla la opción al paciente. De todas formas, sólo vamos a operar los tumores que con los estudios preoperatorios veamos que se pueden extirpar con completo o aquellos cuya extirpación parcial esté demostrado en la literatura médica con adecuados niveles de evidencia que es beneficiosa para los pacientes, la mayoría de las veces con el apoyo de la quimio y la radioterapia.

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