El sol es muy importante para nuestra salud, siempre y cuando se tome en las dosis adecuadas. Cuando la exposición a la radiación solar es excesiva, nos podemos quemar y el resultado puede ser perjudicial, no solo para la piel, también nuestros ojos pueden dañarse.
Según el color de la piel y del pelo, de la capacidad de broncearse o de la tendencia a quemarse al sol, existen diferentes tipos de piel llamados fototipos.
¿Quieres saber cuál es tu fototipo?
En la siguiente tabla puedes averiguarlo:
Fototipo | Color del Pelo | Color de Piel | Tendencia a Quemaduras | Bronceado |
I | Albino / Pelirrojo | Lechosa | Siempre | Nunca |
II | Pelirrojo / Rubio | Clara | Muy Fácilmente | Muy Ligero |
III | Castaño Claro | Clara | Fácilmente | Ligero |
IV | Castaño Oscuro | Morena | Raramente | Bastante |
V | Muy Oscuro | Morena | Excepcional | Mucho |
VI | Negro | Negra | Nunca | Negro |
Las radiaciones solares pueden producir los siguientes efectos nocivos:
– Sobre los ojos:
- Fotoconjuntivitis y fotoqueratitis: es una inflamación de la conjuntiva o de la córnea por una exposición intensa al sol. Se pueden prevenir utilizando gafas de sol que absorban el 100% de las radiaciones UV
- Cataratas: el cristalino está formado por agua y proteínas. Las radiaciones pueden producir una aglutinación de éstas proteínas y con el paso del tiempo el cristalino se puede volver opaco.
– Sobre la piel:
- Quemadura solar: se produce un enrojecimiento de la piel. Si la exposición ha sido muy intensa puede llegar a aparecer edema, ampollas y descamación de la piel a los pocos días. El tiempo de exposición al sol sin protección para que la piel se queme o aparezca eritema depende del tipo de piel, variando desde los 5-10 minutos para el fototipo I, hasta unos 30-45 minutos para el fototipo IV.
- Envejecimiento prematuro: la piel sobreexpuesta al sol durante años tiene un color amarillento, aspecto seco y con surcos o arrugas muy profundas.
- Cáncer de piel: son tumores muy frecuentes. Se pueden dividir en:
– Tumores epiteliales (no melanomas): son el 95% y su mortalidad es escasa.
Son el Carcinoma basocelular, que aparece en forma de abultamiento de aspecto suave y nacarado, y el Carcinoma escamoso, que aparece como un abultamiento rojizo y duro.
Se localizan normalmente en zonas de la piel que han estado expuestas al sol, como cara, cuello, manos y brazos
Ca Escamoso
– Melanomas: son el 5% del total de tumores malignos de piel.
Su mortalidad es muy alta, por lo que su diagnóstico precoz es fundamental.
Las personas con pelo rubio o pelirrojo, de ojos y piel clara y dificultad para broncearse son las que tienen un mayor riesgo de padecerlo.
Se presentan como lesiones oscuras, asimétricas, de bordes irregulares y que crecen en poco tiempo, y la mayoría de las veces el tratamiento va a ser la extirpación del tumor. Tener en cuenta la regla del A, B, C, D, E:
A: Asimetría
B : Bordes irregulares
C: Color variado (una misma lesión puede tener varios colores)
D: Diámetro mayor de 6 mm
E: Evolución (cambios recientes de aspecto)
Ante cualquier lesión de éste tipo, se recomienda acudir al dermatólogo, el valorará el tratamiento a seguir y le dará las recomendaciones oportunas.
Ante cualquier exposición solar, independientemente de la época del año, es importante tener en cuenta unas sencillas recomendaciones:
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16:30 horas): en éste intervalo de tiempo los rayos UVA son más peligrosos y hay mayor riesgo de contraer un cáncer de piel. Por tanto, evita pasear, caminar o hacer deporte al aire durante este horario, realiza estas actividades antes o después.
- Utilizar barreras físicas para que el sol no llegue a la piel: sombrillas, sombreros de ala ancha que protegen también el cuello y las orejas, camisetas…
- Aplicar una crema protectora solar con filtros de protección UVA y UVB adecuado a tu fototipo, en la cantidad adecuada y antes de salir de casa, sobre la piel seca y siempre 30 minutos antes de la exposición al sol, y después de cada baño o cada 2 horas. Además debes protegerte igual los días nublados
- Tomar el sol de forma progresiva: exponte al sol poco a poco, es la forma más segura para evitar que la piel se queme.
- Usar gafas de sol que absorban el 100 % de las radiaciones ultravioleta: para prevenir fotoconjuntivitis y fotoqueratitis.
- No abuses de las lámparas UVA y las camas bronceadoras: no protegen de las radiaciones solares y son perjudiciales para la piel y los ojos y, además de contribuir a la aparición de tumores cutáneos, provocan un envejecimiento prematuro de la piel. Se desaconseja su uso en niños y adolescentes.
- Bebe abundante agua para evitar la deshidratación
- Ser especialmente cuidadoso en el caso de los niños y adolescentes: aunque la luz solar es beneficiosa para su desarrollo, si tienen menos de 3 años deben evitar su exposición directa al sol. En los mayores de 3 años y los adolescentes es recomendable que sigan las medidas descritas y enseñarles a protegerse del sol a medida que van creciendo y se hacen independientes. El riesgo de contraer un cáncer de piel en un adolescente es casi tan alto como hacerlo a una edad infantil.
- Cuanto más bajo sea tu fototipo, mayor tiene que ser el factor de protección solar que utilices
- Observa las manchas de la piel y acude al dermatólogo: el cambio de color, tamaño o forma de tus lunares, pecas o rojeces, puede indicar la aparición de un cáncer de piel. Acude al dermatólogo si aprecias alguno de estos cambios.
A modo de resumen, diez reglas básicas para protegernos del sol:
- Evitar tomar el sol en las horas de más calor(de 12 a 16:30 h.), incluso en días nublados
- Protegerse con camisetas, gorros y gafas de sol
- Elegir un fotoprotector de factor 15 o superior.
- Aplicar el producto unos 30 minutos antes de la exposición al sol, con la piel seca y limpia
- Extender de manera generosa el fotoprotector y reaplicarlo cada 2 ó 3 horas.
- Limitar la exposición al sol de los niños menores de 3 años y especial precaución en ancianos y embarazadas
- Continuar usando el fotoprotector aunque la piel esté bronceada
- Utilizar un producto con propiedades calmantes, hidratantes y refrescantes después de la exposición al sol.
- Beber agua para evitar la deshidratación, sobre todo en niños y personas mayores
- Consultar a tu farmacéutico si tomas medicamentos o para conocer el fotoprotector más adecuado para tu piel.