Cirujano solidario en la India: La colaboración internacional es imprescindible para que mejore la salud de la India

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El Dr. César Ramírez y el Dr. Javier Moreno junto al resto del equipo médico horas antes de volar a España

El Dr. César Ramírez y el Dr. Javier Moreno junto al resto del equipo médico horas antes de volar a España

La parte asistencial del proyecto de colaboración ha concluido, ya hemos recogido todo el material que ha sobrado para llevarlo de vuelta y nos hemos despedido del Hospital Pushpanjali de Rewari y de todo su personal, que ha sido encantador con  nosotros y tremendamente colaborador. En pocos días estás viendo las mismas caras de forma repetida y lo que en principio son miradas cruzadas terminan siendo conversaciones amenas (aunque difíciles de seguir porque aún aquellos indios que dominan el inglés hablan de una manera muy compleja, como con una patata en la boca, y esto es algo que he podido comprobar tras haber tratado con indios en Europa, EEUU y Asia) con intercambio de experiencias contadas y modos y hábitos de vida. El único problema lo hemos tenido al dejar el Hotel de Rewari, un pésimo hotel que no llegaría ni a pensión de mala muerte en España. Además de que son sucios y nada detallistas, hemos vivido en primera persona la famosa desconfianza que universalmente define a los indios porque no querían cobrarnos en euros, tienen un datáfono perfectamente preparado para no aceptar ni una tarjeta (en todas daba error) y además no había ni un banco en el pueblo para cambiar euros por rupias; y no nos dejaban salir de allí y el premio extra era que ninguno hablaba ni una papa de inglés. Aquí es muy característico que cuando te acercas a alguien o surge algún problema inmediatamente aparecen 40 alrededor que salen como de una madriguera para hacer corro y agobiar; obviamente ninguno está haciendo nada, todos zascandileando pero sin duda a todos les va a rebotar alguna rupia a su bolsillo de lo que allí pase. Así va esto. Finalmente hemos salido porque la Dra. Butrón ha llamado al Gerente del Hospital Pushpanjali y éste ha mandado a un mensajero con el dinero en rupias para darnos el cambio a nosotros, cosa que ha hecho tras llamar al banco y cerciorarse de que si nos compraba los euros a 70 rupias, él los vendería al mismo precio en el banco sin perder nada; ha llamado a tres bancos y ha accedido finalmente. Tras tres horas en la puerta del Hotel, hemos podido abandonar este pueblo a donde, quien esto escribe, no volverá más. No deja de ser, éste, otro ejemplo a pequeña escala del entramado burocrático de este país en el que siempre ves mucha gente no haciendo nada, y de los que hacen algo están muchos para hacer muy poco.

Parte del equipo médico de la iniciativa de Cirujanos en Acción delante del Taj Majal

Parte del equipo médico de la iniciativa de Cirujanos en Acción delante del Taj Majal

Ya estamos en Nueva Delhi y hemos decidido para las últimas horas un hotel cercano al aeropuerto para evitar sorpresas de última hora. Delhi tiene, al igual que todo lo que hemos visto hasta ahora, un ambiente de absoluta polución y contaminación tanto por el polvo que continuamente se levanta del suelo como por la suciedad y abundancia de desechos y residuos que hay en todos lados como por la cantidad de gases nocivos que se liberan por la incontable cantidad de vehículos que masifican las calles sin ningún control de la emisión de CO y CO2; cada día he visto más personas que pasean o van en sus vehículos abiertos con mascarillas de protección. Las autoridades sanitarias tienen un trabajo por hacer a todos los niveles impresionante y eso no se puede lograr sin una colaboración absoluta de la comunidad internacional porque este pueblo de forma autónoma ha demostrado ya casi en 70 años de independencia su incapacidad para salir de la miseria y ser primer mundo.

Las personas que conozco y han estado en este país siempre dicen que cuando vienes la primera vez te das cuenta de si te engancha o no. Javier y yo lo hemos hablado y la verdad es que no tenemos una respuesta clara. Hemos disfrutado nuestra labor y ayudado en todo lo que hemos podido dando dos semanas de nuestra vida (hace años que ninguno de los dos hemos llegado a tener 2 semanas completas de vacaciones para nuestras familias) y hemos sufrido viendo la penosa realidad de este país; pero, al mismo tiempo nos ha sorprendido una estructura social que en buena parte es responsable directa de lo que aquí hay y que no está por la labor de cambiar, cosa que nos sorprende y decepciona. Sin duda hemos recibido mucho cariño de la gente del Hospital y de los pacientes, hemos tenido la oportunidad de trabajar con un grupo increíble y la experiencia ha sido brutal desde el punto de vista emocional. Lo que sí que podemos decir es que ha merecido la pena. Cuando me pregunto si volveré a la India mi respuesta interna es que sí, por dos motivos: primero porque se lo he prometido hace tiempo a mi amiga Reme Díaz, una fuerza viva de la Fundación Vicente Ferrer en Málaga y la gran responsable de que yo tenga 4 niños apadrinados en Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh en el Sur de la India y donde la FVF desarrolla una labor indescriptible con niños abandonados con minusvalías psíquicas y físicas; y, segundo, porque me gustaría volver en unos años con mi mujer y mis hijos y así poder valorar si este gran país (el mas poblado del mundo, insisto) ha decidido progresar o seguir en la situación que está.

Gracias por compartir una experiencia inolvidable

El Dr. César Ramírez con algunos niños de Rewari

El Dr. César Ramírez con algunos niños de Rewari

Con estas líneas cierro este blog que en el que he intentado con constancia contaros cómo ha sido esta experiencia inolvidable y haceros sentir lo mas partícipes y cercanos posibles a través de estas palabras escritas. Decía Benjamín Franklin que solo hay 2 formas de que se acuerden de uno: una es escribir algo que sea digno de ser leído y otra es hacer algo que sea digno de ser escrito. Hemos intentado que este blog sea digno de ser leído, digno de vuestro interés, y para ello quiero agradecer de corazón a quienes han hecho que esto sea posible: en primer lugar a Diario SUR, por haber dado valor a este gesto y habernos permitido usar su web como vehículo de transmisión; en segundo lugar a las ONGs «Cirujanos en Acción» y «Hernia International«, que han confiado en nosotros y en este grupo para dar forma física y ayuda a este gran proyecto humanitario; y, finalmente, a nuestras familias, que son responsables indirectas de que estemos aquí y sufridoras directas de nuestra ausencia. En mi caso, a mi mujer Marta porque este proyecto ha coincidido con una época compleja de sobrecarga laboral y académica para ella (madre de familia y médico en el sprint final de una tesis doctoral y unas oposiciones) y a mis hijos, pequeños todos, César, Rodrigo y Marta a los que no se les puede explicar que entiendan que su padre, al que ven poco por trabajo, este 2 semanas fuera de casa y nada menos que en la India.

Gracias a todos y hasta la próxima.

* Texto escrito por el Dr. César Ramírez para el blog Bisturíes Solidarios de Diario Sur.

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