La sanidad privada en tiempo de crisis: EL CRECIMIENTO ES POSIBLE

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La crisis económica a la que la irresponsable gestión de nuestros políticos nos ha llevado está generando un llamativo fenómeno de “cascada inversa” en los dos sectores que se ocupan de la provisión de los servicios sanitarios en nuestro país, el público y el privado. De este modo, estamos asistiendo a un deterioro con repercusión mediática de decadencia de nuestra sanidad pública; aún así, todos los que hemos trabajado y trabajamos con ahínco para ella sabemos que ni nuestro empuje, ni nuestras fuerzas, ni nuestras ganas de ayudar a nuestros pacientes se han visto menoscabadas por al auténtico destrozo que nuestra administración pública proveedora de salud (central o autonómica, que cada uno la entienda como quiera o según a quién quiera culpar) está provocando. Sin embargo, los tiempos de crisis económica han sido, históricamente, también de oportunidades y de crecimiento para empresas, sociedades o simplemente personas que han sabido enfocar la situación de una manera proactiva. Es en este sentido en el que cabe entender el crecimiento y desarrollo al que estamos asistiendo en la actualidad del sector sanitario privado. La esencia de este crecimiento tiene su base, paradójicamente, en los conceptos que han sido los pilares de la sanidad pública: el modelo integral del hospital entendido como tal, la apuesta decidida por las políticas de calidad y, más recientemente, la consideración de la importancia que los aspectos relativos a la formación continuada de profesionales tienen en las instituciones sanitarias.

Los hospitales de nuestro sistema sanitario público nos han enseñado el valor esencial que tiene el trabajo en equipo para una mejor atención al paciente, entendiendo como tal el que se lleva a cabo siempre dentro del mismo espacio físico y por un mismo grupo de profesionales cohesionados. En los últimos años estamos viendo la desaparición de modelo de “casa del médico” (a la cuál el paciente iba, curiosamente, a ser visitado) por el modelo de un equipo de profesionales dentro de la misma especialidad que se encargan de prestar la asistencia en un Hospital, siempre respetando el derecho del paciente a elegir su médico especialista y el valor indudable y sagrado de la relación médico-paciente. Esta forma de trabajar permite un juicio clínico elaborado y razonado de los casos complejos y un abordaje integral y multidisciplinar de cada paciente en Sesiones Clínicas periódicas y en Comités Clínicos de decisión. En los últimos meses hemos visto como algunas “Clínicas” privadas clásicas de Málaga han cambiado su nombre, curiosamente, por el de “Hospital”, en base al entendimiento de que este es el modelo imperante que funciona y se esta imponiendo hoy día. Como vemos, el paciente de la sanidad privada ha pasado de “ir al médico” a “ir al Hospital”.
Los Hospitales privados han sabido ver, igualmente, que no es posible entender la sanidad hoy día si no es dentro de una decidida apuesta por una política de alta calidad asistencial. Dicha política tiene su base, reproduciendo el modelo público, en tres puntos esenciales: a) la garantía a los pacientes y a las compañías aseguradoras de que la atención a la enfermedad es la máxima prioridad, inculcando en los profesionales la necesidad de la aplicación del más alto nivel de evidencia científica y la utilización de las herramientas de gestión del conocimiento; b) el logro de incorporar a los propios profesionales en la gestión de los recursos por ellos mismos utilizados en su práctica clínica diaria, de modo que se sientan implicados y provistos de una cohesión interna que potencie los valores de la propia empresa; y, c) la implantación a todos los niveles de una cultura de evaluación continua y de análisis crítico de los resultados, apoyada básicamente en la existencia de Comités y Comisiones periódicas con registro de actividades que al mismo tiempo que prestigian la institución consiguen motivar a los profesionales para prestar una mayor calidad en la asistencia sanitaria.
Nadie hubiera imaginado un escenario laboral tan catastrófico y nihilista para los médicos residentes que están terminando su formación en los distintos Hospitales públicos nuestra geografía, condenados al paro en su gran mayoría. Curiosamente, esos especialistas recién formados en los que nuestra sanidad pública tanto dinero ha invertido están encontrando su ubicación profesional dentro de estos nuevos modelos de Hospital privado. Y es en ellos dónde, los que tenemos puestos de responsabilidad, debemos procurar que desarrollen todo su potencial y creatividad y, al mismo tiempo, conseguir que no abandonen una línea de formación continuada y de progresión científica; en definitiva, reproducir todos los planteamientos que la sanidad pública nos ha enseñado que son el modelo y la base del rigor científico y de la medicina moderna. Quién sabe, además, si estamos asistiendo a un nuevo modelo en el que los especialistas jóvenes formados en Hospitales públicos van a progresar en los Hospitales privados y, una vez pasada esta terrible tormenta económica, tendrán la oportunidad que ahora se les ha negado de ayudar y devolver a las administraciones públicas sanitarias todo lo que ellas han invertido en su formación como MIR. ¿Porqué no?. Desde luego sería algo muy bonito.
Lo que está claro es que estamos asistiendo al desarrollo de un nuevo tiempo en la relación de los modelos sanitarios. Las reflexiones que aquí he expresado no son más que el fruto de estar viviendo en primera persona la revolución exponencial exitosa de un modelo hospitalario privado novedoso en nuestra provincia de forma paralela al padecimiento por mantener en pie a un sistema público por el que, también en primerísima persona, peleo y defiendo a muerte con la dignidad de desplazarme todos los días en coche 450 km para poder cumplir con mis pacientes, que son universales e iguales en ambos sistemas.

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 Dr. César P. Ramírez Plaza

Número Colegiado 29/7056 – Málaga
Jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva – Hospital Quirón Málaga
Facultativo Especialista de Área de Cirugía General y Digestiva – Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

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